Acabamos de recibir las respuestas a las alegaciones de la primera exposición pública del Parque Empresarial. Tal y como ocurrió en el año 2014, también en el mes de agosto. La respuesta a la falta de un plan de viabilidad, donde todo queda en manos de unos futuros supuestos inversores que están ansiosos de ponerse manos a la obra, sea que es una opinión del alegante, es la muestra de la falta de rigor una vez más de la empresa municipal del suelo PYCSA, que ahora reemprende el proyecto con la esperanza de hacer un poco de ruido, pero las nueces cada vez son menos.
Llama la atención que el equipo de gobierno continúe sosteniendo su política en los espejismos. Llama la atención, pero no sorprende, porque si algo hemos criticado en esta legislatura es la falta de rigor y la propaganda constantes con las que el PSOE demuestra su parentesco con el PP y que tan alejado se encuentra de hacer política de manera diferente. No podemos tolerar que se siga engañando a la población con la esperanza de lo que será. Para que una zona empresarial genere empleo, los proyectos han de estar bien hilvanados y trenzados.
No podemos continuar vendiendo ilusiones como las que cimentaron el PGOU, elaborado por el PSOE y aprobado por el PP. Ya en su momento propietarios del sector apuntaban al desconocimiento absoluto de la gestión urbanística y la realidad económica, pero el señor Jaime Albero parece que prefiere seguir creyendo que la gente es tonta.
Ahora, mientras se proclama un futuro lleno de riqueza y promisión, como pasaba en los más de seis años de redacción del vigente PGOU, el presente muestra una realidad que contrasta lo que vemos, con lo que dicen que sería y con lo que podría haber sido si las cosas se hubieran hecho considerando la realidad y no la ensoñación.
Este gobierno se ha embarcado en una estrategia “véndelo-todo” sin prioridad alguna que sólo redunda en una mala gestión de lo público. Mientras tanto, Nou Nazareth sigue esperando un impulso. Una zona enclavada en un lugar privilegiado donde hay espacio dedicado a terciario, que se puede convertir en foco de negocio, pero que sigue parada.
Tan poco hemos aprendido, en la gestión municipal, que preferimos ponernos las gafas digitales que visibilizan un futuro feliz antes que poner solución a la degradación de muchos espacios de nuestro pueblo, como el Edificio de Tiempo Libre, cuya situación afecta a los vecinos de Fabraquer, pero también a todo un pueblo que ha visto como un lugar lleno de potencialidad se ha degradado hasta límites insospechados cuando todavía a principios del milenio estaba en funcionamiento la instalación. Allí se hospedaron los participantes del Sant Joan conta de 2001, un festival de narración oral. Lamentablemente los equipos de gobierno desde entonces no han sabido contar y se les ha ido todo con el cuento.
Francesc Xavier Sala. Membre de l’Executiva de Compromís per Sant Joan