Este mes hemos presentado una moción de reprobación contra el concejal Santiago Román (de Ciudadanos) por las múltiples falsedades sobre la inminente presentación de los presupuestos municipales que nunca llegó. 3 años acumula encadenando mentira tras mentira sin cumplir la tarea principal de un concejal de Hacienda. Aun así, esta peligrosísima actitud saldrá airosa del reproche gracias al apoyo inestimable del PSOE y quién sabe si del PP también.
Que los concejales cumplan con su función y no mientan es clave para el fortalecimiento del sistema democrático. Si cada ciudadano o ciudadana tuviera la seguridad de que, al acudir a su ayuntamiento, le van a facilitar la vida y que sus representantes son de fiar, mucha menos gente criticaría lo público, la Administración y la política.
Lamentablemente la realidad es que la mentira es la regla general y que la desafección de la sociedad con sus instituciones está justificada por la falta de compromiso que muchas veces se traslada desde la propia institución. Decir la verdad es ya un acto revolucionario.
Estoy de acuerdo con Joaquim Bosch cuando afirma que ” Para justificar lo injustificable, algunos dicen que las prácticas corruptas están en la base de la sociedad. Lo cierto es que la corrupción se extiende cuando los de arriba dan mal ejemplo a los de abajo. Sin la ejemplaridad de quienes mandan no puede haber honestidad social.”
En Sant Joan ya llevamos años teniendo un alcalde socialista que de progresista no tiene nada, que con su soberbia y displicencia ante cualquier santjoaner con problemas siembra la antipolítica y el germen reaccionario conservador, pues, como decía Bosch, la ejemplaridad pública es la clave para acabar con la corrupción y la justificación de prácticas inmorales e ilegales. Este es el gran motivo por el que tras una legislatura ostentando el PSOE la alcaldía, el espacio progresista en Sant Joan no se ha movido un ápice.
Lo cierto es que el Partido Socialista decidió gobernar con Ciudadanos porque pensó que mantener el poder les sería útil y, además, ya no tendrían problemas de exigencia de ejemplaridad. Digamos que PSOE y Ciudadanos sabían que se entenderían. Y así fue: sin pacto programático, se repartieron concejalías, acordaron una subida de sueldo de más del 40% y el resto es una retahíla de frustraciones y acusaciones cruzadas por ver a quién se le carga con el muerto de la falta de presupuestos, la inacción política y la desgestión. No les llamen políticos, porque ellos vinieron a repartirse el pastel, no a hacer política.
Política hubiera sido involucrarse en los problemas de la gente durante la pandemia mundial del COVID-19, no cerrar a cal y canto el Ayuntamiento durante 3 meses. Política es arremangarse y sacar adelante los presupuestos; pactar y negociar con quien hiciera falta. También lo hubiera sido resolver con eficacia el problema de interpretación para autorizar ampliación de terrazas y no hacerlo cuando te convocan concentraciones, tras poner al límite la situación de muchas familias que quieren ganarse su propio sueldo.
El pecado original es y será pensar que PSOE y Ciudadanos comparten algo que les permita avanzar bajo un proyecto común. Un proyecto político, me refiero, que es lo que cohesiona un gobierno y le da sentido a que la ciudadanía se exprese en las urnas cada 4 años. Lo que unió a esta pareja en Sant Joan fueron intereses personales y partidistas. De ahí el desastre que ha supuesto este primer año de legislatura.
Ahora suenan vientos de cambio bajo la fórmula de moción de censura, pero que nadie se lleve a engaño; l o que mueve esta posibilidad es más de lo mismo: la ambición personal del portavoz de Ciudadanos por conseguir la alcaldía y humillar al Partido Popular de Sant Joan, y el interés del PP provincial de mantener la Diputación de Alicante bajo su control. No hay más.
Si se produce la moción de censura, será únicamente por poder. PP, Ciudadanos y VOX no piensan en Sant Joan. Intercambian gobiernos y poltronas como quien cambia cromos. La derecha se une por meros intereses privados, demostrando ser más de lo mismo, más Jaime Albero, aunque con otros nombres.
Como Portavoz de Compromís, puedo decir que siempre hemos estado del lado de nuestros vecinos y vecinas. No engañamos y trabajamos día a día, porque creemos firmemente que se pueden cambiar las cosas. Por eso invitamos a reflexionar a todo aquel y toda aquella que crea que Sant Joan merece dignidad, que nuestro pueblo no se compra ni se vende, que podemos tener representantes de los que estar orgullosos y orgullosas. Compromís es esa opción útil y transformadora. Más de lo mismo significa abocarnos a todos al abismo y la solución a esta situación está, antes o después, en nuestras manos.
Sergio Agueitos. Portavoz del Grupo Municipal Compromís Sant Joan.