Desde Compromís consideramos que la decisión que ha tomado el alcalde para evitar la huelga de trabajadores de la contrata de basuras y limpieza viaria, supone una irregularidad administrativa que no pone fin al problema de la limpieza municipal y que no solventa las necesidades de los trabajadores. Una decisión llevada a cabo desde la imposición, sin consenso, para pagar con dinero público lo que debe pagar la empresa contratada.

Esta maniobra exprés supone una nueva extravagancia de Albero que vuelve a demostrar su incapacidad de diálogo y su precaria manera de gestionar la administración pública. Es impresentable que se premie con un incremento de 100.000 € a una empresa a la que el Ayuntamiento ya destina 1.750.000 €, con una contrata que incumple su pliego de condiciones y que está siendo diana de quejas y denuncias vecinales por un servicio insuficiente.

No se puede hacer una modificación de la contrata de limpieza pública vaciando partidas presupuestarias en su beneficio. Si el alcalde de Sant Joan todavía no conoce cómo proceder, tenemos un problema. Un problema grave al que se suma la ineficiencia de un servicio que se sitúa entre los más caros de la provincia, con un 15-20% más que otros municipios asimilables al nuestro.

No obstante, mostramos nuestra gratitud por la desconvocatoria de la huelga, especialmente, ante una reivindicación tan legítima como la mejora de las condiciones laborales de unos trabajadores que han estado olvidados en los últimos años. Pero no podemos permitir que el alcalde utilice estas demandas como excusa para ampliar una contrata de una forma irregular que incumple los procedimientos administrativos necesarios.

Esta medida unilateral pretende modificar unos presupuestos -que deberían estar aprobados según el propio Albero el 5 de septiembre- sin el consenso previo necesario a la hora de tomar una decisión de tal magnitud. Unos presupuestos que, además, se han visto dilatados y polemizados por querer imponer un incremento del 8% de los sueldos de los concejales, vendiéndolos como una subida automática para engañar descaradamente a la gente. Si al señor alcalde le molesta que denunciemos públicamente las irregularidades de su gestión, podría probar a preocuparse por tomar medidas que no pongan en peligro el futuro de nuestro municipio.

Sin embargo, como reprimenda por hacer públicos sus intereses personales y mitigar la mala prensa de las gestiones de su grupo durante todo este tiempo (subida de sueldos, línea 38, iluminación de fiestas, limpieza o cambio de ubicación del mercado, entre otros), Albero decide eliminar los servicios de las competencias de Compromís utilizando como excusa la problemática de los trabajadores de FCC y, así, poder modificar el presupuesto unilateralmente. Por no entrar a valorar el uso partidista que está haciendo de las contrataciones de Avalem Joves para hacer una comunicación institucional personalista.

A Compromís no le costaría hacer un esfuerzo en beneficio de los trabajadores si realmente esta medida fuera legítima y equilibrada. Pero esta propuesta fraudulenta está buscando una nueva confrontación que nos obligue a aceptar imposiciones, convirtiéndola en un nuevo motivo para poner en riesgo la aprobación de los presupuestos municipales. Algo que no parece

preocuparle tras las constantes falsedades que ha vertido en los últimos meses sobre este tema (ahora están presentados, ahora no, ahora se aprueban, ahora no).

Su falta de proyecto político se traduce en cambios constantes de criterio y en una obsesión por el control absoluto del poder municipal, donde el único obstáculo para ello es Compromís. Un socio incómodo considerado una amenaza por no dudar en pararle los pies ante los abusos constantes a los que somete a este ¿equipo? de gobierno.

De igual manera que se preocupa únicamente por sus propios intereses, no iba a preocuparse ahora de los afectados de la contrata de limpieza sin aprovechar esa situación para venderse como el “salvador de los trabajadores” e imponer en su beneficio un presupuesto diferente al consensuado con todas las fuerzas políticas.

Una decisión que evidencia, nuevamente, su estrategia destinada a desacreditarnos, cuando en Compromís hemos trabajado duro por una gestión responsable de las cuentas públicas, por la apuesta por el diálogo, la colaboración y el consenso, que se han visto dinamitados por la voluntad autoritaria de un alcalde que no ha entendido que las mayorías absolutas se han acabado y que la pluralidad es una realidad enriquecedora.